Es sabido que la dinámica de la política trae conflictos. Tambien conocemos bien que es en el debate, los disensos, acuerdos y negociaciones en donde pueden surgir ideas que nos orienten hacia las soluciones.
Un paro nacional no
resuelve nada, tampoco puede posicionar la imagen de nadie porque la gente ya
sabe quien es quien. Se puede estar de acuerdo con los reclamos o no, lo que es innecesario a esta altura de nuestra democracia son maniobras forzadas para pretender torcerle el brazo a un gobierno.
La prudencia aconseja que es tiempo de pensar en la gente. Retomar el diálogo sigue siendo el mejor camino para romper con enfrentamientos que sólo le dan de comer a ciertos medios.
No me gustaría dejar de pensar. Los liderazgos guían, pero hay que acompañarlos con un pensamiento reflexivo que sume propuestas. Quiero seguir creyendo que ciertas utopías existieron para mejorar nuestros sueños y realidades. Quiero mantener cierta esperanza de que algo o alguien genere las condiciones para que se retome el diálogo.
Podemos construir un país más sólido, sólo hay que sentarse en un café a debatir e intercambiar opiniones. Parece simple, pero por ahí empieza la verdadera política, en el debate. Escuchar y escucharnos, magníficos ejercicios para reencontrarnos con el sentido común.
Lic. Walter Calabrese
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