Seis millones de votantes de la región de la Baja
Sajonia, en la zona central del país, concurrieron a las urnas para renovar su
Parlamento. En las últimas semanas, por lo ajustado de las encuestas se
consideraba que este test electoral serviría para entender dónde está
posicionado el gobierno federal de cara a las elecciones de septiembre, cuando
la actual canciller Ángela Merkel vaya por su reelección.
Luego de varias horas de escrutinio en el que se
hablaba de un virtual empate, el recuento del 100 por ciento de los votos
determinó que la coalición que formarán los socialdemócratas del SPD y los
Verdes obtendrá un escaño más que la alianza de gobierno formada por
cristianodemócratas (CDU) y liberales.
Los números finales son: los Verdes logran el 13, 7
%, un gran resultado, el SPD obtiene el 32,6 %. Juntos podrán desplazar a la
coalición de Hannover, en donde el CDU alcanzó el 36,2 % y el Partido Liberal
(FDP) el 9,9%, aunque para los liberales fue una elección mayor a la esperada y
aparece como un factor clave para la continuidad de la estrategia del gobierno
federal.
Comparado con las últimas elecciones en Baja Sajonia
en 2008, la Unión Demócrata Cristiana (CDU), el partido de Merkel, ha
retrocedido un 6 %, al tiempo que los socialdemócratas (SPD) han avanzado un 2 %.
En conclusión, los ajustados comicios dejan un saldo positivo para la
oposición de centroizquierda en la que Socialdemócratas y Verdes alcanzan los
69 diputados frente a los 68 que mantiene el partido de Merkel con sus aliados
Liberales. Con este resultado, la centroizquierda logra la mayoría en la cámara
alta del Parlamento, el Bundesrat, una posición que puede traducirse en el
bloqueo de leyes impulsadas por el gobierno de Merkel o buscar imponer su
propia legislación.
El partido de la canciller alemana ya ha perdido en algunas elecciones
regionales, situación que ha encendido señales de alerta por las dificultades
que podría traer para el logro de su tercer mandato. Si bien el resultado fue
muy ajustado y no se perciben ganadores claros, de ello se puede desprender un
sencillo análisis: la única perdedora fue Merkel. Sin duda, la crisis que
atraviesa Europa deja piedras en su mochila y muchas voces que se van
levantando en su contra por los severos ajustes que están ahogando a España y a
otras economías de la eurozona.
Esta derrota puede marcar el paso para la canciller, incluso si las
encuestas la favorecen para ser reelegida, puesto que la centroizquierda
seguirá manteniendo el control de la cámara alta aunque venciera Merkel.
"No voy a fingir, después de todas las sensaciones generadas por
estas elecciones, la derrota duele incluso más", expresó Merkel en una
rueda de prensa en Berlín. "Estamos todos tristes hoy. Tristes de que no
dio resultado", afirmó Ángela Merkel.
Con lo ocurrido en Baja Sajonia, el margen de maniobra de la líder
alemana se verá más ajustado, tendrá que evitar riesgos y adoptar posturas más
negociadoras en temas sensibles como la crisis del euro, aunque parece poco
probable que se tomen medidas mayores para frenar la crisis antes de las
elecciones federales.
Los liderazgos fuertes pueden resentirse si no se entienden con las
necesidades de la población. Merkel está jugando con una sola carta pensando
que es la ganadora para salir de la crisis europea, cree que el ajuste
permanente reducirá el déficit de la eurozona, pero no percibe que la baraja
está marcada por el desgaste de las historias de fracaso. Si no se atienden las
necesidades sociales el tiempo y la inquietud impondrán nuevas figuras en el
tablero político de Europa. Ya lo está experimentando hoy Rajoy en España,
¿tomará nota de ello la canciller alemana? La política no depende de los
números sino de la gente, solo con el respaldo de esa carta se gana.
Informe de Euronews
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