El ex primer ministro socialdemócrata Milos Zeman
ganó en las elecciones presidenciales al obtener el 56% de los votos. Su
adversario, el ministro de Exteriores, Karel
Schwarzenberg, alcanzó el 43% de los sufragios emitidos, de acuerdo a los datos
comunicados por la Oficina de Estadística, que también confirmó que la
participación llegó al 58% de los lectores con derecho a voto. El dato más
importante es que el pueblo checo elige por primera vez a su jefe de Estado por
el voto popular directo.
Zeman es un
veterano de la política, un antiguo disidente comunista que fue jefe de
Gobierno entre 1998 y 2002.
La campaña
electoral giró en torno al pasado, Schwarzenberg hizo hincapié en la expulsión
de tres millones de alemanes y checoslovacos de habla alemana luego de
finalizada la Segunda Guerra Mundial. Zeman rechazó abiertamente esas críticas
argumentando que esa decisión se tomó en función del consenso que existía entre
los aliados para reubicar a las minorías alemanas dispersas por Europa, la idea
era evita nuevos conflictos en el nuevo escenario posguerra en el continente.
Finalmente, Zeman
se impuso con una retórica que tuvo pinceladas de populismo y nacionalismo, con
ello pudo imponerse en una campaña que la oposición pretendía centrar en el
pasado. No obstante, en la memoria de los checos aún permanecía la etapa de
Zeman al frente del Gobierno en la legislatura, entre 1998 y 2002, se la
recuerda como una época crecimiento y estabilidad, también con algunas
falencias en la calidad democrática debido a un pacto con los conservadores.
"Habéis
mostrado vuestra ciudadanía activa. Prometo que seré la voz de todos, al ser
elegido de forma directa" afirmó el mandatario elegido.
La llegada de
Zeman al poder abre las puertas a un mayor entendimiento y diálogo con la Unión
Europea, con la posibilidad cierta de poner fin una etapa de euroescepticismo
proclamada por su predecesor Vaclav Klaus. Sus ideas apuntan a negociar con una
UE más federalista, alejado de la utopía de un superestado que limite y quite
soberanía a los países miembros, no cree que todo lo deba gobernar Bruselas. Por
eso, remarca la necesidad de un mejor aprovechamiento de los fondos que acerque
la UE para promover emprendimientos estatales que favorezcan la creación de
empleo sostenido en el tiempo. Una visión muy realista de lo que Europa
necesita para salir de la crisis que sigue arrastrando a los países más
golpeados.
En ese sentido, se
asientan las propuestas de Zeman, que rechaza
las políticas antisociales fundadas en el pensamiento único que hoy
ensombrece a toda la UE: la de presentar al recorte del gasto público, la
privatización del sistema de pensiones y el congelamiento de las jubilaciones
como la panacea para salir de la crisis.
Milos Zeman jurará como el tercer presidente de la
República Checa el 8 de marzo, y su primera visita como jefe de Estado será a
Eslovaquia, país que había formado parte de la República Federativa de
Checoslovaquia hasta el año 1993.
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