Ante
el inminente anuncio que hará el presidente Obama para presentar el proyecto
que prohíba la venta de armas militares y otras restricciones, los ciudadanos
que se aferran a la segunda enmienda de la Constitución arrasaron las góndolas
de los negocios de armamento.
Los
fusiles de asalto Ar-15, similar al que usó el asesino Adam Lanza en
Connecticut, incrementaron su valor de 12 a 60 dólares. La idea lanzada por el
presidente de restringir la tenencia de armas empujó a sus simpatizantes a
comprar pistolas, fusiles y municiones.
Hasta
ahora, las leyes estadounidenses para la obtención de armas han sido muy
permisivas, cualquier persona con 21 años y el carnet de conducir llenaba un
formulario y se llevaba un arma de fuego. Cada comprador, además, puede
ampararse en la Segunda Enmienda de la Constitución, que le permite a cada
ciudadano comprar, portar y usar un arma. Este punto de partida lleva a que en
un país donde viven 308 millones de personas, haya unos 270 millones de
individuos que posean algún tipo de armamento, una cifra que eleva a los EEUU a
la penosa categoría de ser el país con mayor proporción de armas de fuego per
cápita.
Aunque existe una ley federal (Acta Nacional de Armas) que establece una
regulación específica sobre la compra, tenencia y limitaciones en el uso de
armas, cada estado se maneja con su propia legislación. Según The Brady
Campaign to Prevent Gun Violence, una entidad que aboga por el control de
armas, el 40 por ciento de las ventas se realiza sin chequear el historial de
la persona que va al negocio.
Jay Carney, vocero de la Casa Blanca, sostuvo que el principal objetivo
al que apunta el gobierno es la prevención de “futuras tragedias” como la que
ocurrió en Newtown, donde perdieron la vida 20 niños y seis adultos. La idea es
proponer una prohibición “razonable” de las armas de asalto y mantener un
estricto control de los compradores examinando sus antecedentes.
La cultura bélica que propuso EEUU desde siempre se refleja en estas
actitudes de los compradores que salen en forma casi compulsiva a comprar armas
como si fueran juguetes. La palabra razonable que utiliza el vocero de la
presidencia suena poco feliz luego de lo ocurrido en las últimas tragedias, qué
significado puede adquirir esta palabra en una sociedad que vive y alienta la
violencia.
Sería más razonable pensar
que hay que educar y reeducar a gran
parte de la ciudadanía para que se comporte civilizadamente, simplemente
pensando en el prójimo, que es un ser humano que tiene las mismas necesidades y
carencias que otros.
Informe Visión 7
Informe Visión 7
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