* Lic. en Comunicación Social / Analista Internacional
Aunque la alianza de derecha que conforma
Benjamin Netanyahu aparece en las cifras de los comicios como la más votada, el
primer ministro israelí queda en una situación ajustada que lo obligará a
negociar con otras fuerzas políticas. Las 31 bancas de la Knesset, el
Parlamento unicameral de 120 bancas, no le aseguran un tranquilo camino para
formar una coalición de gobierno, aunque rápido de reflejos comenzó las
negociaciones para coordinar un frente que permita una amplitud de criterios
para la conformación del nuevo gobierno.
Es posible que los resultados de las
elecciones empujen a Netanyahu a buscar un acercamiento con los partidos del
centro, que nunca fueron aliados naturales del partido Likud. Es que junto al
ultranacionalista laico Yisrael-Beiteinu, del líder Avigdor Lieberman,
perdieron 11 escaños, situación que se vivió como un castigo en las urnas para
buscar desbancar al primer ministro.
Netanyahu gana por estrecho margen Foto: AFP
Las elecciones legislativas cambiaron el
panorama político de Israel cuando hace pocas semanas todas las encuestas daban
por seguro ganador al actual mandatario del país. El oficialismo y el bloque
rival de centroizquierda alcanzaron los 60 escaños, lo que en teoría aparece
como un sencillo empate no lo es en el complejo tablero político que queda
constituido.
En ese escenario, emergió una figura que, sin
duda, se convierte en el gran ganador de los comicios: Yair Lapid, con el
partido centrista Yesh Atid (que significa hay un futuro), se ha convertido en
una pieza clave en el contexto de acuerdos que deberá construir Netanyahu para
poder constituir el ejecutivo de gobierno. El ex periodista televisivo obtuvo
19 bancas con su partido y es la segunda fuerza política de Israel, instancia
que le permitiría acceder a un cargo en un ministerio de importancia, puesto
que fue invitado por el primer ministro a formar parte de la nueva coalición de
gobierno. Cuando habló a sus seguidores en Tel Aviv agradeciendo la confianza
depositada en los votos y que lo convierten en la contracara del actual primer
ministro, afirmo que “los ciudadanos de Israel han
dicho no a la política del miedo y el odio, no al radicalismo y a la
antidemocracia. Esta noche ha recaído sobre nuestros hombros una gran
responsabilidad”. A pesar de sus palabras, su intención sigue siendo la de
cooperar en la conformación de gobierno con Netanyahu.
El tema no es tan sencillo, los partidos
religiosos ultraortodoxos que tiene más sintonía con la derecha obtuvieron 18
bancas (el
sefardí Shas logró 11 y el Judaísmo Unido de la Torá, Ashkenazi, 7) y no tienen
buena conexión con Lapid, que exige que los religiosos cumplan con el servicio
militar, un tema sensible en un país que vive permanentemente amenazado. El ex
conductor televisivo tampoco tiene diálogo con el millonario Naftali Bennett, el
líder del partido ultranacionalista religioso Habayit Hayehudi, que logró 11
escaños. Bennett mantiene una postura radicalizada frente a la posibilidad de
se cree un Estado palestino y exige la ocupación del 60 por ciento de sus
territorios.
Lapid ha manifestado que
"sin un acuerdo con los palestinos, la identidad judía y sionista de
Israel está en peligro". Pero también descartó que fuera a encabezar una
coalición de izquierda que pudiera bloquear el futuro gobierno de Netanyahu, lo
que hace pensar en un posible acuerdo.
Por su parte, la ex periodista Shelly
Yacimovich, del histórico Partido Laborista, obtuvo 15 escaños embistió contra
con el primer ministro: "Tenemos una oportunidad de liberar a los
ciudadanos de Israel de los abusos del gobierno de Netanyahu. Hay que actuar
rápido, discreta y seriamente".
Los otros resultados del bloque opositor fueron: el partido pacifista
Meretz alcanzó 6 escaños, Hatnuah, el partido de centro de la ex canciller
Tzipi Livni, también logró 6 bancas, quien podría ser una buna aliada de Netanyahu,
el partido de centro Kadima con 2 y las tres agrupaciones árabes obtuvieron 12.
En el sistema político israelí se establece que el partido que obtenga
más votos será el encargado de intentar formar gobierno. La Comisión Electoral
Central Informó que la participación en los comicios legislativos fue del 66.6
por ciento, levemente superior al anterior del 2009 donde se registró el 65,2
por ciento.
La incertidumbre generada por los
resultados y las complicaciones que pudieran suceder para la conformación de un
nuevo Ejecutivo puede conllevar efectos colaterales en el proceso de paz con
Palestina. Los partidos de centro anunciaron que no formarían parte de la
coalición gobernante si no se reanuda las negociaciones con el pueblo
palestino. Cabe recordar que en estos últimos cuatro años con Netanyahu no hubo
avances en las conversaciones para un acuerdo pacífico. Por el contrario, se
siguieron construyendo asentamientos judíos en tierras de Cisjordania.
El ministro de Cultura, Gideon
Saar, hizo un llamado a los partidos sionista para que respalden la integración
de un gobierno encabezado por Netanyahu. Luego, en declaraciones a la prensa en
Tel Aviv, afirmó: “Creo que el siguiente gobierno tendrá que ser lo más amplio
posible para lidiar con los retos de seguridad, económicos y sociales que
afronta Israel”.
Informe de Euronews
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