El mundo y sus protagonistas


sábado, 21 de diciembre de 2013

La Navidad es Jesús



Cuando miramos la vida en retrospectiva aparecen paisajes por los que hemos transitado con distintos desenlaces, unos más luminosos, otros más grises y algunos donde la oscuridad no nos permitía siquiera vernos en dónde estábamos parados. Muchas veces el hábitat en donde nos toca vivir puede crear ciertos condicionamientos y obstáculos para caminar hacia nuestros sueños.

La sociedad posmoderna ha desarmado algunas instituciones que nos permitían tener una referencia de cuál era el camino. Los sociólogos hablan de la caída de los grandes relatos, pues consideran que el psicoanálisis, el marxismo, el neoliberalismo y algunas religiones no le han resuelto las cosas al hombre actual. Así, hoy aparecen culturas híbridas, identidades desfiguradas por las tendencias de consumo, tribus urbanas que se uniforman dentro de códigos foráneos que nada tienen que ver con nuestra idiosincrasia, pluralidad disfrazada para captar votos y manipulación de las masas a través de la cultura del espectáculo, esa que sólo entiende de destellos efectistas para arrastrar audiencias. 

Para entender este sinuoso laberinto que nos presenta la sociedad hay que sumarle el frenético deseo de vivir conectados. Estamos en la era táctil, con sólo tocar la pantalla accedemos a un mundo virtual infinito, donde el vértigo y el exhibirse inmediatamente cuentan más que la reflexión.
En este mundo indescifrable no parece haber lugar para Dios, el vivir sin parar nos lleva y nos trae a casa como si fuéramos llevados de las narices con un GPS en la frente. Buscando en el fútbol una simbología para pensarnos podríamos preguntarnos cuándo vamos a parar la pelota y levantar la cabeza para mirar al prójimo.

El prójimo es el que está más próximo a nosotros, el que convive cada día, el que trabaja a nuestro lado, el vecino, el amigo. Cuando Jesús nació en un humilde pesebre la historia de la humanidad cambiaba para siempre. Cuesta entender, entonces, por qué después de conocer la obra de Jesucristo seguimos ignorándolo incluso en el día de su nacimiento. Nos juntamos para comer, para los regalos, la pirotecnia y el gordo Papá Noel que nunca fue invitado ni nombrado por Jesús.





La Navidad es celebrar el nacimiento de Jesús, es un día para recordar su pasión por las almas, para comprender el amor de Dios por la humanidad al dar la vida de su hijo por todos. Por sus llagas somos sanados dice la Biblia en el libro de Isaías.  
 
Jesús nos dice claramente en Juan 10:10: “he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia”.

Con Cristo podemos vivir con esperanza siguiendo nuestros sueños, porque para Dios no hay fecha de vencimiento para sus promesas.

En el Salmo 112:1-3 podemos encontrar reposo:
"Bienaventurado el hombre que teme a Dios
Y en sus mandamientos se deleita en gran manera.
Su descendencia será poderosa en la tierra;
La generación de los rectos será bendita.
Bienes y riquezas hay en su casa,
Y su justicia permanece para siempre"


Cuando leemos la Palabra de Dios en la Biblia podemos ampliar el campo visual y mirar más allá de las circunstancias. La sabiduría que proviene de lo alto siempre te acerca a la solución y trae paz.
“Procurad la paz de la ciudad, y rogad por ella a Dios; porque en su paz tendréis vosotros paz” Jeremías 29:7

Un tiempo con Dios puede modificar tu vida, que Jesús sea una prioridad en esta Navidad para que la paz llene de alegría tu hogar.





Jesús es nuestra fortaleza, decía: “Yo soy el camino, la verdad y la vida”, ese es el mejor espejo donde mirarnos para encontrar los mejores senderos en una sociedad que duerme despierta antes las pantallas.

Un graffiti decía “apaguen Facebook por un día para poder mirarse a los ojos por un rato”. Levantemos nuestra vista del teclado para mirarnos y reconocernos como hermanos, para redescubrir la vida en el diálogo, en compartir un espacio y tiempo para construir momentos palpables, reconocibles en una foto bien vivida y no en una mera pose para las redes sociales. Viví con Jesús, compartí su legado con amigos y familia, recuperemos el orgullo de sentir que hacemos el bien.

Viví está Navidad con Jesús, invítalo a tu mesa para que ilumine tu hogar.

Feliz Navidad!


Lic. Walter Calabrese
 

viernes, 3 de mayo de 2013

Solidaridad para cuidar la ciudad



Un pedido para todos los vecinos de Capital y Gran Buenos Aires. Por favor colaboremos juntando las hojas de los árboles para que no se tapen los sumideros en caso de que llueva intensamente. La mejor manera de prevenir es siendo solidarios. No saquemos la basura, no tiremos papeles ni envases en las calles.
Luego vendrá el tiempo de buscar a los responsables que no previeron los efectos de construir sin medir el impacto ambiental en nuestras ciudades. Hoy debemos estar atentos ante cada alerta meteorológico. Nunca más puede suceder lo que pasó en La Plata y en Capital.




No esperamos nada del Jefe de Gobierno de la Ciudad, que ya sabemos que nunca hace nada y está casi todo el tiempo de vacaciones. Tampoco esperemos demasiado del intendente de La Plata, que simuló una foto para hacernos creer que estaba ayudando.
Si la gestión pública no aporta soluciones inmediatas, tenemos que ayudarnos entre nosotros antes de las tragedias.

Si cada uno limpia su vereda y cordón de la calle, habremos sacado gran parte de la basura que se acumula.
Hagámoslo pensando en cada familia, en cada vecino y amigo. Cuidemos nuestra cuadra!




Cuidar del prójimo es responsabilidad de todos, al ser solidarios nos permitimos construir una sociedad más amable.


Lic. Walter Calabrese

miércoles, 1 de mayo de 2013

Día del trabajador, la dignidad

                                                                                             Por Walter Calabrese *

El 1° de mayo de cada año celebramos el Día Internacional del Trabajo, una fecha para recordar a todos los mártires que lucharon por una jornada laboral respetable y con salarios dignos.

En pleno siglo XXI debemos recordar que el trabajo dignifica al hombre, porque le permite desarrollar todas sus potencialidades y cualidades en pos de un objetivo. Claro que la realidad muchas veces dista mucho de ese ideal, que es un noble recurso para vivir con dignidad y cuidar a nuestras familias. Si bien la Argentina ha logrado levantarse luego de una feroz crisis en el 2001, todavía queda mucho por realizar.




El pleno empleo en un país no debería ser una utopía sino una responsabilidad social que debe garantizar el Estado. Esa meta se pudo alcanzar en el primer gobierno de Perón, en donde la redistribución de la riqueza estaba dirigida a la formación y profesionalización de trabajadores para garantizarle una salida laboral plausible. Hoy se están realizando distintos esfuerzos para retomar esa senda, como el plan FINES para que los adultos culminen sus estudios secundarios y otros recursos para que muchos ciudadanos retomen el camino para reestablecer la cultura del trabajo en sus vidas.

No obstante, debemos seguir batallando para evitar la precarización laboral, el empleo infantil, el trabajo esclavo en las empresas textiles y la grosera discrimianción que se mantiene con los ciudadanos que buscan empleo y que tienen más de 40 años. Muchos empresarios toman jóvenes para pagar salarios más exiguos en detrimento de lo que pudiera aportar un empleado experimentado que lleva muchos años en una tarea.

Cuando las sociedades no valoran la sabiduría adquirida por los adultos mayores pierden una gran oportunidad: que esos trabajadores idóneos puedan transmitir sus conocimientos a los más jóvenes.

Argentina es un gran país, permitamos que los grandes también participen de esa construcción validándolos y reconociéndoles su trayectoria.

Feliz Dia del Trabajo!





* Lic. en Comunicación social / Analista Internacional

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