El mundo y sus protagonistas


jueves, 24 de noviembre de 2011

El triunfo del PP en los medios internacionales



Los principales medios de comunicación del mundo le dedicaron su portada a la amplia victoria de Rajoy en los comicios generales celebrados el domingo en España.


La edición online del diario francés Le Monde titula "La debacle socialista proporciona una mayoría absoluta a Mariano Rajoy en España



El periódico italiano Corriere della Sera, en su edición digital elige una cita de Rajoy: "Lucharemos contra la crisis pero que nadie espere milagros". Subraya que en la lucha contra la crisis no hay soluciones mágicas




Otro diario de Italia, La Repubblica, destaca que "la crisis da la victoria a la derecha española", y coloca un subtítulo remarcando el "colapso histórico del PSOE". 



El rotativo alemán Frankfurter Allgemeine Zeitung, en la edición digital titula: "Cambio de gobierno en España".



 The New York Times: en pocas líneas dice: "Los votantes españoles asestan un duro golpe a los socialistas por la economía". Destaca el castigo de los votantes a los socialistas debido a la economía.



El británico The Guardian  dice:"el Partido Popular gana las elecciones en España". 



Los diarios económicos de referencia del mundo anglosajón también mencionan el triunfo del Partido Popular.

 
Wall Street Journal destaca que "Los conservadores conducirán la crisis en España". 



El Telegraph informa de la victoria del PP y de que su líder no promete milagros.



The Economist advertía antes de las elecciones: "Mañana es demasiado tarde



El Financial Times pone de relieve que los conservadores han borrado a los socialistas y pide más tiempo 
para el nuevo gobierno. Financial Times : "Rajoy barre y consigue la victoria en España" 



Europa sigue captando la atención de los grandes medios internacionales. La crisis global es evaluada periodicamente por los analistas financieros, que ven cómo los gobiernos van cayendo en una especie de efecto dominó. Italia, Grecia y ahora España han visto a sus líderes ser arrastrados de sus cargos al destierro por los baches en sus cuentas y el desempleo. Un síntoma de que la economía está ensombreciendo la política, a tal punto de que no se sobrevive en el poder si no se salvaguarda su estabilidad.





Lic. Walter Calabrese

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El voto de los españoles residentes en Argentina

Nuestro país siempre ha sido una tierra fértil para los españoles, de hecho hay unos 325.000 empadronados que están en condiciones de emitir su voto. En esta oportunidad, el porcentaje de votantes fue menor al del 2008. Sólo acudieron a las urnas el 10 por ciento de los que estaban habilitados, unos 31500. En la Ciudad de Buenos Aires, votaron 24.000.

En Argentina se encuentra la más importante y numerosa comunidad de españoles en el mundo, sean estos de primera, segunda o tercera generación. Muchos de ellos mantienen intactas sus raíces y sienten la necesidad de colaborar con su voto para buscar un cambio en un país agobiado por la crisis europea.


Teniendo en cuenta los lazos que nos unen con España, ya sea por motivos familiares o laborales (en el país hay muchas empresas de origen español), la prensa argentina le ha dado espacio en sus portadas y sus columnas.







Los principales diarios nacionales han destacado en sus tapas la importancia de los comicios españoles.




Lic. Walter Calabrese

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miércoles, 23 de noviembre de 2011

Los diarios españoles hablaron de histórico triunfo del PP

La prensa de España coincidió en resaltar el resultado contundente del Partido Popular en las elecciones generales celebradas el domingo, afirmando, también, que el pueblo puso en las manos de Rajoy toda la autoridad para salir de la actual crisis económica.
También los diarios dieron cuenta de la mala elección que tuvo el PSOE, que registró el peor resultado de su historia, quedando por debajo de las 118 bancas obtenidas en las primeras elecciones democráticas en 1977.



El diario conservador catalán La Vanguardia tituló Rajoy ganó "por KO". "Ahora, le espera otro desafío, el de sacar a España de la crisis, ganar la confianza de los mercados y crear empleo".



                                              El triunfo de Rajoy en la prensa



Portada de los diarios españoles


 El diario El Mundo destacó que "el mandato de los electores supone no solo una gran oportunidad sino también una enorme responsabilidad para el PP", que hereda "un país con cinco millones de desempleados y unas cuentas públicas ruinosas". "Ahora les toca gobernar y no cabe ambigüedad posible, teniendo en cuenta la dramática situación a la que deben enfrentarse y la presión de los mercados", concluyó.




 "La crisis da todo el poder a Rajoy", tituló en su tapa el diario El País, con la fotografía del líder del PP, Mariano Rajoy besando a su esposa al conocer los resultados de los comicios. Imagen que se repetirá en varias tapas de diarios.














Toda la prensa española ha remarcado notoriamente el triunfo contundente de Rajoy.


Lic. Walter Calabrese

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España, voto castigo y a la derecha

El domingo España acudió a las urnas para buscar rápidamente un capitán que pueda conducir el barco de la economía, hoy a la deriva y cerca del naufragio. El PSOE estaba condenado de antemano al destierro por la impericia para dominar el oleaje de la crisis financiera europea y por la ausencia de una gestión política creíble.

Las encuestas dibujaban un país que exigía un cambio de inmediato, y precisamente ese fue el lema que propuso Rajoy en campaña para atraer el voto de los ciudadanos descontentos. No hubo en ella promesas ni debates acalorados, el líder del Partido Popular sólo tuvo que hacer la plancha y esperar que los números en rojo que aprisionan al país hablaran por sí mismos. Con un 21,52 por ciento de desocupados, que equivale a 5 millones de parados, presiones de la Unión Europea para que realice ajustes y una deuda creciente, no había mucho que explicar en el recorrido proselitista hacia las urnas.

La Europa de estos días aciagos arroja nuevas realidades políticas, en donde los ciudadanos optan por votar para resolver cuestiones que perjudican su situación socioeconómica en vez de elegir en función de su ideología o filiación partidaria. Esto ya se vio en Bélgica, Irlanda, Gran Bretaña, Holanda, Dinamarca y en Portugal, donde el desgaste frente a la crisis global empuja a quienes están en el trono. En Grecia e Italia sucedió lo mismo, las cuentas no cierran y la economía le pisa la cabeza a la política. El tsunami financiero no reconoce de ideologías ni paternalismos férreos, ni Berlusconi pudo soportar el aguacero que se le venía encima.

                                      Informe de Visión 7 sobre los resultados en España

España no era la excepción,  en las urnas también se castigó el ajuste que intentó imponer Zapatero para no caerse del tren de la UE. Pero la presencia de Rajoy no cambiará esa circunstancia, por el contrario, los españoles saben muy bien que se viene una gran reestructuración del Estado y recortes por doquier. Es que en ese atolladero casi sin salida en que se encuentra España no había tiempo para pensar en salvadores milagrosos, sólo tenían que cambiar de timonel para poner proa hacia el futuro.

En ese contexto, los conservadores obtuvieron 9.500.000 votos, tres millones por encima del PSOE. Con ello, el Partido Popular alcanzó el 44,6 por ciento de los sufragios y 186 diputados, números que le aseguran una mayoría absoluta.

Por su parte, el Partido Socialista Obrero Español de Rubalcaba lograba el 28,7 % de los votos y 110 diputados. Si se tiene en cuenta los resultados del 2008, el PP incrementa en 32 escaños su bancada en la cámara de diputados, obteniendo la mayoría parlamentaria más importante de su historia. En tanto, el PSOE pierde 59 bancas, una señal clara del incómodo lugar en el que quedó en medio de la debacle económica.





Este panorama le permitirá al PP delinear sus proyectos y acciones políticas sin la necesidad de recurrir a pactos o negociaciones con otras fuerzas. Claro que tienen poco margen de error, cualquier patinada que genere mayor descontento popular por medidas ineficaces, podrá esmerilar brevemente el capital obtenido en los comicios. Sin duda, no es un cheque en blanco, se parece más a un manotón de ahogado para que alguien los rescate del fondo del mar.

Las palabras de Rajoy en la sede central del PP en Madrid da un indicio de lo que se viene en el país ibérico: “No habrá milagros y la tarea no va a ser fácil”. También, para dar otro mensaje más orientador señaló que “España dejará de ser un problema para formar parte de una solución” y enfatizó que los próximos enemigos a derrotar serán “el paro, el déficit, la deuda excesiva y el estancamiento económico”. 

En realidad, estos anuncios son efectos comunicacionales de manual, es lo políticamente correcto ante el arribo al poder. No obstante, la incertidumbre se mantiene ante la certidumbre de quienes lo acompañarán y las medidas concretas que tomará.







Rajoy llega a La Moncloa en su tercer intento, anteriormente fue derrotado en 2004 y 2008 por Zapatero. En 2011, un pueblo urgido por una coyuntura desfavorable le da una oportunidad para ser héroe o uno más que deambula por el mundo sin brújula para entender las necesidades de su gente. Es un camino de ripio en el que habrá que tener bien puesto los cinturones de seguridad para afirmarse y volantear a tiempo.

 
La campaña silenciosa

El discurso de Rajoy fue muy cuidado, buscando la adhesión de sus seguidores al hablar de ir contra del aborto y repitiendo la fórmula de la necesidad de un cambio para retomar el rumbo perdido. En todo momento evitó dar detalles precisos de su programa de salvataje para el país. Los beneficios de un electorado descontento, desilusionado y cansado hizo el resto. 

En ese apretado panorama, Alfredo Pérez Rubalcaba, ex ministro del Interior, no tenía mucho margen de maniobra. La estrategia de apelar al voto útil de la izquierda para sostener al PSOE y afirmar que con el PP en el poder corrían riesgo los seguros de desempleo, las jubilaciones y los logros alcanzados en los derechos sociales, no tuvo resultados. 

La pesada carga que significaba un alto desempleo daba por tierra con cualquier estrategia comunicacional, la gente ya había decretado con ello que se terminaba el tiempo de las palabras. El electorado ya había cerrado sus oídos al PSOE, incluso ante la idea de que el Partido Popular tuviera un poder absoluto. Cuando el estado no puede manejar las riendas de la economía, esta gana todo el protagonismo y la política queda relegada a un segundo plano.



Es probable que veamos tiempos nuevos en la política mundial. Por un lado, aparecerán liderazgos fuertes que desde el Estado sujetan a la economía, como la Argentina, que no se atiene a los ajustes propuestos por organismos financieros internacionales y actúa en función de las necesidades de su pueblo. Por otra parte, estarán aquellos líderes sin liderazgo, serán aquellos que actuarán según las normas del mercado, es decir, las que marcan recetas economicistas sin atender lo social. 

Cuando Cristina Fernández de Kirchner, la presidenta Argentina, habló en el G 20 de “Anarcocapitalismo”, se refería a este sistema sin cabeza que se gobierna por el interés particular sin pensar en el bienestar general. Cuando no hay quien dirija o ponga límites, el riesgo se incrementa, porque no hay interés social. Y la peor consecuencia de ese andar sin brújula por los mercados es el desempleo. Este resultado no hace más que crear una masa de indignados que no encuentran su lugar en la sociedad para vivir dignamente. No es una casualidad que el movimiento 15-M haya nacido en España.



El reparto de los otros votos

Del tobogán del socialismo surgieron votos que recalaron en otras agrupaciones. De este modo, Izquierda Unida (IU) mejoró su elección de 2008, con el 7 % de los votos logró llevar 11 diputados al Congreso. 
El PP fue tiñendo de azul casi todo el mapa español, a excepción de Cataluña y el País Vasco. Aquí, el partido autonomista Amaiur se vio beneficiado por el cese de la actividad terrorista ETA, quienes se impusieron al PNV en la lucha por el voto nacionalista.

La Cámara Baja estará compuesta entonces por una bancada mayoritaria del PP que convivirá con una mayor pluralidad política. Pero ya con el poder absoluto, Rajoy no sufrirá de la dependencia de los vascos y catalanes para tomar decisiones. Para los mercados es un paisaje ideal para aplicar las recetas indicadas por los doctores del neoliberalismo. 

                                          Repercusiones del triunfo Visión 7


Lo que hay que resolver con urgencia

Antes de asumir en diciembre, Rajoy deberá diseñar una batería de propuestas para enfrentar los baches que le deja su antecesor. Las cifras que padece España son un gran indicador de la crisis por la que atraviesa:

Desocupación: Hay cinco millones de españoles sin empleo. La tasa alcanzó actualmente el 21,5%, lo que constituye un récord entre los países industrializados. El aumento se inició con la crisis inmobiliaria en 2008.

Déficit fiscal: El rojo llegó en 2009 al 11,1% y en 2010, al 9,3%. El objetivo para el 2011 es lograr una reducción del 6%. En 2012 se pronostica un 4,4% y un 3% en 2013.

Crecimiento: La economía se contrajo 3,7% en 2009, y 0,1% en 2010. En el primer trimestre de 2011 creció 0,4% y en el segundo, 0,2%. Pero en el tercero se retrocedió a cero. Algunos analistas sostienen que España volvería a la recesión en 2012.

Bancos: La burbuja inmobiliaria y su estallido en 2008 trajeron serias consecuencias al sector. En la actualidad,  poseen una cartera de 176.000 millones de euros de créditos con dificultades. Estos riesgos empujan una amplia reestructuración de la banca.


Con poco para festejar

La euforia del triunfo del PP será breve, porque debe hacer frente a una serie de medidas urgentes en casi todas las áreas, salvo en las jubilaciones. Y ese paquete de reformas tendrá que restaurar rápidamente la confianza en vastos sectores de la economía española.

La preocupación del mandatario elegido tiene razón de ser, es que habrá unas semanas antes su asunción en diciembre y no podrá aplicar ninguna medida hasta que se encuentre instalado en La Moncloa. Todo indica que se liberaría el mercado de trabajo junto con la reforma fiscal y el reacomodamiento del sistema financiero. 

Las urnas dieron su veredicto, el pueblo español acepta que tendrá que afrontar nuevos sacrificios al tiempo que le baja el pulgar al partido que no supo afrontar la crisis. Los ciudadanos padecieron los primeros recortes que fueron anunciados por Zapatero en mayo de 2010, que incluyeron el congelamiento de las pensiones, la reducción del 5 % del salario de los empleados públicos y la extensión de la edad jubilatoria de 65 a 67 años. Sin duda, esas restricciones fueron socavando la imagen del PSOE y de Zapatero hasta llegar a un punto sin retorno que los obligó a adelantar las elecciones. 

                                             Informe de Telesur


El descrédito del PSOE nace, tal vez, porque se vieron impulsados a adoptar medidas que se oponen a los principios y lineamientos socialistas. Siguiendo los requerimientos de la Unión Europea cayeron en la misma confusión buscando en el ajuste la solución rápida. Este cóctel no contemplaba la cruda realidad de muchos españoles que empezaban a ver de cerca la pobreza, algo impensado en la cuarta economía de Europa.

El miedo fue carcomiendo los cimientos que daban alguna preferencia partidaria, no valían, entonces, ni las plataformas ni las ideologías. Ese ánimo social dio paso a la resignación, a pedir un cambio ya sin importar de donde viene. Rajoy supo interpretar los tiempos y se mantuvo en la ruta hacia los comicios sin hacer demasiado ruido, porque sabía que el adversario había perdido la mayoría de las piezas del tablero y el castigo era el único rumor que se escuchaba en las calles.

Algunas veces, en las elecciones no hay vencedores, sólo pueden aparecer opciones para decirle no al que hizo una mala gestión. Por lo cual, nadie puede garantizar que la abrumadora cosecha de votos de Rajoy asegure una salida segura. 

El sentido común podría decirnos, si alguna vez tuviera voz propia, que las decisiones tomadas con enojo o para castigar pueden producir efectos no deseados. Si el recorte de Zapatero trajo reprobación, lo que viene ahora es más de lo mismo pero con los tapones de punta, le van a pedir a la gente que se ajuste el cinturón hasta que las tripas hagan ruido y le duelan de verdad. Eso, en Argentina ya lo vivimos en el 2001, por el bien de todos anhelamos ver otra película.



Los españoles ya optaron, le dieron todo el poder a Rajoy. Cabe preguntarse si será el capitán que necesita este barco averiado para salir a flote. De lo contrario, veremos hecho realidad aquel relato de Saramago en La balsa de piedra, cuando imagina que la península ibérica se desprende del continente y navega a la deriva por los mares del desencuentro. Ficción y realidad suelen entrecruzarse por caprichos del destino o por negligencias en los liderazgos. Tal vez, hoy es una foto que está retratando a una Europa desorientada e insípida que es incapaz  de mirar a su gente. 


Lic. Walter Calabrese

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