El gran David tenía una carta guardada en la manga para devolverle la sonrisa al hincha de River en el último tramo del partido. Como en el truco, quien sabe guardarse lo mejor para lo último pisa más fuerte. Del mismo modo, Trezeguet sacó una volea luego de un córner en el borde del área para dejar sin esperanzas al arquero de Ferro.
El franco-argentino nos sigue sorprendiendo cada fin de semana con su jerarquía, esa que conjuga simpleza para jugar de primera y elegancia para definir en el arco. El tercer gol que hizo vibrar al monumental es casi un homenaje a aquel inolvidable gol de Enzo contra Polonia, cuando con una “chilena” ensanchó miles de gargantas en un grito interminable.
David Trezeguet festejá el golazo contra Ferro Foto: Télam
El triunfo sirve para recuperar la punta, por lo menos hasta que juegue Instituto el lunes. Los 52 puntos alcanzados por el equipo del pelado mantiene mete presión a los de la Gloria y se mantiene en la cima.
Más allá de los valiosos tres puntos obtenidos, el hincha se fue de la cancha con la sensación de que todavía hay algunos jugadores de la banda que juegan con galera y bastón. Trezeguet, con 34 años, mantiene intacto el fuego sagrado de los grandes y la humildad necesaria como para defender los colores de quien es hincha a pesar de su exitosa trayectoria. Es un jugador de estirpe dentro y fuera de la cancha. Un motivo más para que el simpatizante riverplatense pueda aplaudir siempre y esbozar una mueca alegre ante cada gesto técnico del gran David.
El tercer gol fue una volea perfecta, para coleccionar Foto: DyN
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