El mundo y sus protagonistas


domingo, 23 de enero de 2011

El regreso de Duvalier desconcierta al mundo


La llegada del dictador Jean-Claude Duvalier a Haití es un nudo difícil de descifrar para la comunidad internacional, que mira atónita como se pasea con impunidad por Puerto Príncipe tras 25 años de exilio.
Más aún cuesta entender cómo el Ministerio de Exteriores francés y los servicios de inteligencia no registraran los movimientos de Duvalier, quien viajó en primera clase en un vuelo de Air France proveniente de París con rumbo a Haití. Según lo publicado por el diario El Mundo de España, habría viajado con un pasaporte diplomático haitiano que ya había caducado.

Al llegar se alojó en un lujoso hotel de cinco estrellas en donde estaba custodiado celosamente por los cascos azules de la ONU. Luego, fue citado a comparecer ante la justicia por causas relacionadas con defraudación al Estado y enriquecimiento ilícito bajo la acusación de desvío de capitales cuando presidía la nación. En unas pocas horas fue liberado y no se supo de su paradero durante un día, situación que hizo pensar en una fuga del país, cuando en verdad salió del hotel para instalarse en su nueva residencia en Montagne Noire.

                                                   Duvalier llega al aeropuerto de Puerto Príncipe AP


El 21 de enero reapareció sorpresivamente al dar una conferencia de prensa en Puerto Príncipe para pedir por la “reconciliación nacional”. Sólo fue una escueta declaración leída y sin posibilidad de preguntas, en la que intentó mostrar una postura de arrepentimiento y solidaridad con las víctimas del terremoto y de su gestión al frente de Haití. Duvalier expresó: “aprovecho también esta ocasión para expresar mi profunda tristeza por mis conciudadanos que dicen haber sido víctimas de mi gobierno”


Sin embargo, no todo estará servido tan fácilmente en la mesa del ex dictador, ahora deberá enfrentar en los tribunales varias demandas por crímenes de lesa humanidad que se cometieron durante su dictadura entre los años 1971 y 1986. Estiman los analistas internacionales que entre su padre y su sucesor, que accedió al poder con tan sólo 19 años, ordenaron la desaparición de 60.000 personas. Es preciso aclarar que ambas gestiones de gobierno contaron con el respaldo de EEUU.
Durante su mandato, las milicias especiales que defendían al gobierno, los llamados tonton-macoutes (una guardia personal creada por Papá Doc) cometieron miles de asesinatos.
Además, se calcula que Baby Doc abandonó el país con 800 millones de dólares, fortuna que le permitió vivir cómodamente en una mansión de la selecta Costa Azul francesa. Esa cifra describe elocuentemente lo que sucedía en Haití en aquellas épocas, pues cuadruplicaba el presupuesto anual para la nación.

                                          Duvalier protegido al llegar por fuerzas de seguridad AFP

En primera instancia, Amnistía Internacional creía que las actuales autoridades del país y la gente tendrían disposición para investigar. Sin embargo, la situación no es tan sencilla, hasta el momento sólo cinco haitianos han realizado querellas contra “Baby Doc”. Pero el entusiasmo duró poco, cuando la justicia lo dejó en libertad unas horas después de tomarle declaración, provocó cierto desaliento entre los pobladores que anhelaban un acto de justicia por los atropellos sufridos bajo su mandato. En este sentido, Mattarollo, embajador de la Unasur en Haití, señaló que las víctimas "están divididas entre el temor y el desengaño de la Justicia haitiana".

Luego, la conferencia de prensa dada por Duvalier terminó por inclinar la balanza hacia el platillo de la desconfianza y el rechazo. Para entonces, la organización Amnistía Internacional calificaba las declaraciones de Baby Doc como "un insulto más hacia las víctimas que todavía están luchando por la justicia y la verdad", según reportó la agencia de noticias DPA. El especialista en Haití de la organización internacional, Gerardo Ducos, remarcó que Duvalier "pidió disculpas hacia las personas que `creen` haber sido víctimas bajo su gobierno, que es deformar completamente la realidad porque las personas no creen haber sido víctimas, las personas fueron víctimas de torturas, de desapariciones forzadas, de ejecuciones sumarias".
En este contexto, la ley de Haití establece que la investigación deberá durar tres meses, período en el que Duvalier deberá permanecer a disposición de cualquier requerimiento de la justicia, por lo que se verá impedido de abandonar su tierra. 


El mundo mira de reojo

El analista político argentino, Atilio Boron, se refirió a la crisis política que vive el pueblo caribeño en medio de unas elecciones que no terminan de definirse por la sospecha de fraude: “A Duvalier le encargaron una misión política, que se hará evidente en los próximos días”. Su llegada y los movimientos que realizó en estos últimos días dan a entender que algo se está arreglando entre los pliegues del poder para que el pueblo no pueda llegar a percibir lo que se está cocinando. De hecho, en el hotel donde estaba alojado desfilaron personajes ligados al pasado, antiguos colaboradores y los temibles tonton-macoutes.



El regreso de Duvalier relegó a un segundo plano la angustiosa situación que vive el país por la crisis postelectoral en un marco socioeconómico extremadamente frágil.
El gran interrogante que se presenta ahora está relacionado con los delitos que se le asignan a Duvalier y si estos han prescrito en función de lo que dictamina la legislación haitiana. Desde Ginebra, el portavoz del alto comisionado de la ONU señaló que “No está claro si Haití está en posición de poder arrestar y abrir un proceso a Duvalier”.
El gobierno de Estados Unidos siempre ejerció una importante influencia sobre Haití, pero hasta al momento ha sido muy cauteloso en sus declaraciones en relación al regreso de Baby Doc.
"Cualquier líder político, presente o pasado, debería centrarse no en sí mismo, sino en lograr avances hacia una serie de importantes metas, como los derechos humanos, el proceso electoral y la reconstrucción del país", anunció el portavoz de la Casa Blanca, Robert Gibbs, para referirse a la presencia de Duvalier en su tierra.


Ningún país está preparado para recibir tantos azotes en un año, un terremoto devastador, una epidemia de cólera y un ex dictador que aprovecha el vacío político para mezclarse en el río revuelto para obtener alguna ganancia. Ahora, la presencia de Baby Doc suma un dato pesado más a la vida política de Haití, algo que es imposible de soslayar en la región y ante la mirada de la comunidad internacional, que permanece en un silencio llamativo.


 
El pueblo de Haití mira como en un espejo empañado una figura que regresa del pasado, en su desesperación por encontrar una salida a la frágil situación que persiste luego de que un feroz terremoto le arrebatara 316.000 vidas y una epidemia de cólera la golpeara nuevamente, cree que un viejo prestidigitador de lo siniestro puede encauzar un barco averiado y abandonado a su suerte, que navega a la deriva ante la indiferencia de los medios locales y otros actores internacionales que callan cuando deberían exigir el cumplimiento de las leyes.

Lic. Walter Calabrese

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