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sábado, 23 de febrero de 2013

Túnez: se reanudan las negociaciones para formar un nuevo gobierno

Por Walter Calabrese



Las fuerzas políticas tunecinas expusieron sus posiciones este sábado con el objetivo puesto en la conformación de un nuevo gobierno, tarea encomendada al islamista Ali Larayedh, quien fuera nombrado primer ministro el viernes. El nuevo mandatario será el encargado de hallar una fórmula para resolver la crisis institucional del país.

Rached Ghannouchi, el jefe del partido islamista Ennahda,  anunció en la noche del viernes a la agencia oficial TAP que se buscará en las negociaciones ampliar la actual coalición de gobierno. Junto al partido Ennahda, la actual alianza incluye al Congreso por la República (CPR), del presidente Moncef Marzouki, y Ettakatol, ambos de centroizquierda. Ghannouchi que busca integrar también al movimiento Wafa (disidentes del CPR) y a Libertad y Dignidad (islamistas independientes).



El asesinato del opositor de izquierda Chokri Belaid, el pasado 6 de febrero, complicó el panorama político del país  Foto: AP


Sin embargo, Ghannouchi reconoció que no se ha logrado decidir hasta ahora quiénes ocuparían los puestos clave de los ministerios de Justicia, Relaciones Exteriores e Interior. Por su parte, Ettakatol y el CPR condicionan su respaldo al gobierno a la designación de personalidades independientes en esas áreas.

Ali Larayedh sucede en el cargo a Hamadi Jebali, también islamista, quien dimitió esta de semana luego de fracasar en el intento de formar un gobierno de tecnócratas. Ennahda se opuso a esa propuesta aduciendo que las elecciones de octubre de 2011 le confirieron legitimidad para gobernar.

El panorama político de Túnez se vio empañado por el asesinato del opositor de izquierda Chokri Belaid, el pasado 6 de febrero. A partir de ese episodio, todo cambió para el gobierno de Jebali, pues sumó un nuevo conflicto al áspero clima social envuelto por la frustración que genera en la población el desempleo y la miseria, antecedentes que motivaron el derrocamiento de Ben Alí en enero de 2011 y que encendió la mecha de la primavera árabe. Aquella lucha del pueblo por una mejor calidad de vida no permitió que las cosas cambiaran en el paisaje tunecino.

A todo esto, se suma el estancamiento en que ha quedado el proceso de elaboración de la Constitución debido, en parte, al incierto destino del nuevo régimen, lo que también impide la organización de nuevas elecciones.

El islamista Ali Larayedh, prometió el viernes formar un gobierno para "todos los tunecinos y tunecinas". Para ello, tendrá que conciliar las posiciones del ala más dura de su partido -que no es partidario de ceder espacios de poder-  con los socios actuales e intentar algún acercamiento a la oposición laica para atender sus demandas.

La crisis de Túnez ha entrado en un complejo laberinto político que sólo podrá resolverse con acuerdos que contemplen los requerimientos de todas las fuerzas partidarias. Lo que más presiona son las urgencias de la población que deambula entre la decepción y la furia, dos elementos que combinados ya han hecho caer a Ben Alí. Entonces, deberán moverse rápido para que la impaciencia no supere a los tiempos políticos.


Informe de Euronews

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