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miércoles, 4 de enero de 2012

España el desempleo en 2011 creció el 7,86%, un nuevo récord



Las cifras confirman la gravedad de la débil economía española en la segunda mitad del año pasado: 4.422.359 personas están desocupadas, datos que fueron proporcionados por la secretaria de Empleo, Engracia Hidalgo.

Los datos oficiales indican que el paro se incrementó en España en un 7,86% en relación al año 2010, serían 322.286 desempleados más, según un informe del Ministerio de Empleo y Seguridad Social. Además, las cifras reflejan que la falta de empleo fue superior a la alcanzada en 2010, cuando había subido en 176.470 ciudadanos.


En el desglose por sectores, la construcción fue la que más se vio afectada en diciembre, con 23.778 personas desocupadas. Otras áreas como servicios y agricultura tuvieron una baja en el paro.
Hidalgo enfatizó que las reiteradas “reformas incompletas” laborales “no terminaron de dinamizar y flexibilizar” la estructura del mercado de trabajo.



Cuando Rajoy asumió el gobierno se propuso como prioridad la lucha contra el desempleo en sus cuatro años de mandato. Una tarea que no será sencilla si no logra equilibrar la frágil economía española, que ya no cuenta con el impulso multiplicador de la construcción ni con la fuerza de su juventud que migra a otros países o se levanta indignada para elevar su voz y decirles a los políticos que no los representan.


Los ajustes propuestos por el gobierno han traído más incertidumbre que certezas para el mundo del trabajo. Sindicatos e industriales manifestaron su disconformidad con las medidas adoptadas para restringir la deuda pública, puesto que no aparecen medidas para impulsar la producción.



La crisis expulsa a los españoles de su tierra


El 2011 es el año de los récords negativos para España, más de 50.000 personas emigraron como consecuencia de la crisis económica. Las cifras fueron estimadas por el Instituto Nacional de Estadística (INE), que remarca un hecho nuevo: los emigrantes superaron a los inmigrantes.


Entre los destinos más buscados figuran Alemania, en primer lugar, Francia, Reino Unido y Estados Unidos.
En el perfil de los que dejan España se destacan los jóvenes, más hombres (52%) que mujeres (48%). “La diferencia se debe a que entre los extranjeros los hombres sufren un paro mayor que las mujeres. Las familias se fragmentan. Ellas se quedan porque conservan el empleo y ellos se van con algún hijo”, concluye el Sociólogo Antonio Izquierdo, de la Universidad de La Coruña. En el caso de los españoles, la proporción es similar, ya que los empuja la falta de oportunidades.

Cuando a cierta edad no se pudieron concretar algunos sueños se empieza a mirar para afuera. Por ello, entre los 32 y 36 años se encuentra el mayor número de emigrantes.

 

                                                Más de 4 millones de parados en España


“Emigran los más jóvenes porque tienen mayor potencial. Es muy inquietante haber formado magníficamente a una población y que ahora se la mandemos a los países desarrollados”, anuncia con pesar el demógrafo Juan Antonio Fernández Cordón.

“Los que se van son jóvenes muy cualificados, con idiomas. Saben que lo que no hagan a los 35 años ya no lo harán”, agrega el catedrático Izquierdo.


Todo cambia

En el año 2001, una Argentina sacudida por una feroz crisis económica enviaba a miles de ciudadanos hacia la madre patria. Hoy, el aeropuerto de Barajas, en Madrid, cambia el sentido del viaje y muchos españoles vienen a nuestra tierra. En 2011, ascendió un 36,6% la cifra de emigrantes que dejan España.

En el Centro de Estudios Demográficos de la Universidad de Barcelona afirman: “En 2008, cuando empezó la crisis, afectó a los extranjeros. A partir de mayo de 2010, se tomó conciencia de que afecta a los españoles y el sentimiento de estar al borde del abismo no ha hecho más que crecer”.
El demógrafo y economista Juan Antonio Fernández Cordón analiza el desplome de la economía y lo relaciona con el saldo migratorio negativo que se conjuga por la disminución de las entradas de nuevos inmigrantes con el incremento de los que emigran.





“Los inmigrantes cumplen dos funciones: ocupar puestos de trabajo y contribuir a la dinámica demográfica. Al contrario de lo que opinan algunos políticos ladradores, se observa que la mayoría son personas que no se quedan si no tienen empleo o buena expectativa de tenerlo, algo que España ya no ofrece”, sostiene Fernández Cordón. “No solo nos quedaremos sin nuestros mejores jóvenes, también sin nuestros mejores inmigrantes”, concluye.

Las estadísticas anuncian que los índices de natalidad seguirán bajando. Las proyecciones hablan de 4,4 millones de nacimientos hasta 2020, lo que significa un 4,7% menor que en la anterior década, especialmente por la disminución de la cantidad de mujeres en edad fértil. Se estima también que la edad media para la maternidad superará los 31 años.

Para el 2019 el panorama es todavía más complicado, se cree que las defunciones y la vejez aumentarán superando a los nacimientos. Estos datos se relacionan con el aumento de la esperanza de vida en dos años para los hombres (80,9) y en 1,5 en las mujeres (86,3).
El Sociólogo Antonio Izquierdo vaticina que “La crisis económica está produciendo una involución demográfica. Aumentan las personas mayores, pero no los jóvenes”.

El envejecimiento de la población en Europa puede convertirse en un factor desestabilizador para las arcas de los Estados, puesto que la población económicamente activa sería mucho menor a la pasiva que percibe sus pensiones.


La falta de oportunidades que conduce al desempleo puede convertirse en un camino que termina en un callejón sin salida. Si los jóvenes emigran, España sufrirá su peor sangría y no habrá forma de tapar las heridas, pues no habrá gente calificada para hacerlo.




 


 
 

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