El terremoto que alcanzó los 7 puntos derrumbó casas, edificios y calles provocó la muerte de 300.000 personas, a la vez que 1,5 millones de pobladores perdieron sus hogares.
En un discurso pronunciado para homenajear a sus conciudadanos, el presidente Michele Martelly, se comprometió a aumentar los esfuerzos del gobierno para continuar con la reconstrucción. Hasta ahora, la recuperación ha sido muy lenta, ya que 500 mil habitantes todavía viven en tiendas de campaña en la capital del país, Puerto Príncipe.
Informe de Telesur
Haití, lamentablemente, sigue siendo el país más pobre de América, sus 3 millones de habitantes siguen viviendo a dos años del terremoto en entre los escombros y en carpas precarias, con el agravante de que nadie sabe quienes son los propietarios de las tierras.
La crisis no pudo resolverse con celeridad, las turbulentas elecciones del año pasado y su larga transición de gobierno no permitieron que se ejecuten los proyectos de reconstrucción en los tiempos previstos.
La ciudadanía se manifiesta muy decepcionada con la clase política y descree de sus promesas. Desde la comunidad internacional también se percibe cierta impaciencia, pero aparecen pocos actores que tomen la iniciativa para poner en marcha la restauración.
En este sentido, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, advirtió que es crucial que haya continuidad en la ayuda a Haití. Al mismo tiempo, la Organización de los Estados Americanos (OEA) exhortó a la comunidad internacional a mejorar la coordinación e implementación del plan de salvataje humanitario.
Lo más lamentable es que solamente recordamos las tragedias en sus aniversarios, sin percibir que en esta lejana isla hay muchas vidas que apenas pueden sobrevivir en una tierra arrasada.
Lic. Walter Calabrese
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